lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Una revolución en la investigación? Parte 1

Existe una verdadera brecha científica que separa a los países ricos en ciencias de los demás lo que obstaculiza el desarrollo de la investigación.
Aunque la brecha científica se deba en gran medida a las desigualdades económicas, también se puede imputar a factores institucionales específicos. El riesgo de la brecha científica existe a partir del momento en que los gobernantes no se deciden a considerar la ciencia y la tecnología como una inversión económica y humana de primera importancia. Desde este punto de vista, el indicador de la proporción del gasto en investigación y desarrollo representa la intensidad del esfuerzo de investigación de un país y su capacidad para invertir recursos financieros y humanos en las actividades científicas y tecnológicas.
Las estrategias regionales ofrecen buenas posibilidades de cooperación entre países que tienen intereses y necesidades similares o complementarias; permite aprovechar compartidamente los recursos y distribuirlos.
La evolución de un sistema de innovación depende de factores externos como la integración de un país en la economía mundial, la dinámica de la competición a nivel mundial y el contexto jurídico internacional. Las barreras cada vez más importantes contra las copias y la ingeniería obstaculizan ahora los procesos locales de emulación y aprendizaje en un gran número de países. Las estrategias regionales pueden, por consiguiente, ofrecer estrategias de acción eficaces a los países que estiman que no se les escucha cuando intervienen individualmente en algunos foros internacionales.
El desarrollo de las sociedades del conocimiento exige la aplicación de políticas del conocimiento científico, y ésta no se reduce al aspecto financiero, sino que hay que tener en cuenta también otras tareas que incumben sobre todo a los gobiernos.
Ahora bien, hay quienes sostienen que los países en desarrollo no necesitan una investigación fundamental abstracta, sino una investigación aplicada. Un sistema de innovación supone la complementariedad de la investigación fundamental y la innovación tecnológica. En muchos países en desarrollo, las carencias del sistema de innovación obedecen a la ausencia de una demanda industrial de investigación y desarrollo.
Por otro lado, las empresas están a menudo sometidas a una división internacional del trabajo que mantiene las actividades de investigación en los países más ricos, autorizando a los países pobres a emplear su mano de obra, pero no sus cerebros, por lo que las investigaciones realizadas por éstos no trascienden en el ámbito internacional. El problema de los países en desarrollo estriba en que a menudo no consiguen basar su crecimiento económico en el conocimiento y la innovación. Una opción que tienen radica en el desarrollo de las infraestructuras, puesto que exige la movilización de un cúmulo considerable de conocimientos científicos, y su instalación y mantenimiento a nivel local pueden generar nuevos conocimientos.
Una medida para invertir en investigación y desarrollo en materia de financiación son los incentivos fiscales. Esos incentivos tienen que ser visibles y han de adaptarse a la índole y el volumen de la empresa.

Resumen. Hacia las sociedades del conocimiento. Unesco

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